A la luna
Oh graciosa luna, yo recuerdo
que, ahora hace un año, sobre esta loma
yo venía, lleno de angustia, a contemplarte:
y tú pendías entonces sobre aquella selva
como haces ahora que toda la iluminas.
Pero confuso y tembloroso, del llanto
que brotaba de mis ojos, a mi vista
tu rostro aparecía, qué trabajosa
era mi vida; y lo es, no cambia de estilo,
oh mi querida luna. Pero me ayuda
el recuerdo, y el repasar el tiempo
de mi dolor. ¡Qué grato es,
en el tiempo juvenil, cuando es largo aún
el curso de la esperanza y breve el de la memoria,
el recuerdo de las cosas pasadas,
aunque sea triste y aunque el afán dure!
-Leopardi
miércoles, 6 de mayo de 2009
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